Hola, buenas buenas! Dado que la semana pasada las redes sociales y los medios de comunicación estuvieron un poquito on fire por determinados temas, sin meterme en política ni opiniones personales sobre lo que está pasando, me gustaría hacer una valoración. Este post va a ser un poquito más serio de lo normal, así que para chistes mejor poner las noticias...
He titulado el post: el Valor del Insulto. ¿A qué me refiero? Muchos sobrestimamos el valor y el poder de los insultos. Los insultos pueden hacer mucho daño, pero solo pueden hacer daño si les damos el valor que la persona que quiere hacer daño le está dando. Hay gente que emplea el insulto como el recurso fácil, como el recurso hiriente, que sabe que insultándote te puede provocar y molestar. Y luego está el que asume y entiende que un insulto no es algo malo o simplemente que no tiene por qué ser ofensivo. Es en este punto, cuando el insultado no asume el insulto como un daño, donde el insulto pierde su poder.
Como ejemplo más práctico, tengo muchos amigos gays que cuando oyen el típico insulto: maricón, pues ellos dicen: sí, soy maricón, ¿y qué?
¿Cuándo se ha convertido en un insulto una manifestación de la sexualidad? Vale que maricón no es la palabra más correcta para definir a un homosexual pero sigue siendo una palabra con ese significado, solo que empleado de manera hiriente. Lo mismo pasa con bollera, y todos estos "insultos" que creemos que hieren a otras personas. Yo empleo mucho la "palabra facilona y mal sonante" como es maricón o cualquier otro insulto que pueda uno usar en su día a día, como hijo de puta, cabrón, gilipollas, etc. Pero no con un sentido de "insulto". Yo puedo llamar a mi mejor amiga cabrona y ella no sentirse para nada insultada, porque sabe que es una manera de hablar. Puedo llamar a mi amigo gay, maricón, y tampoco le estoy insultando. ¿Por qué? Porque en mis palabras no hay intención de hacer daño. El valor del insulto nace cuando alguien quiere hacer daño con él.
Como ejemplo más práctico, tengo muchos amigos gays que cuando oyen el típico insulto: maricón, pues ellos dicen: sí, soy maricón, ¿y qué?
¿Cuándo se ha convertido en un insulto una manifestación de la sexualidad? Vale que maricón no es la palabra más correcta para definir a un homosexual pero sigue siendo una palabra con ese significado, solo que empleado de manera hiriente. Lo mismo pasa con bollera, y todos estos "insultos" que creemos que hieren a otras personas. Yo empleo mucho la "palabra facilona y mal sonante" como es maricón o cualquier otro insulto que pueda uno usar en su día a día, como hijo de puta, cabrón, gilipollas, etc. Pero no con un sentido de "insulto". Yo puedo llamar a mi mejor amiga cabrona y ella no sentirse para nada insultada, porque sabe que es una manera de hablar. Puedo llamar a mi amigo gay, maricón, y tampoco le estoy insultando. ¿Por qué? Porque en mis palabras no hay intención de hacer daño. El valor del insulto nace cuando alguien quiere hacer daño con él.